Secuestrada por el Duque loco

Me convertí en un personaje secundario de una novela clásica de cautiverio con el telón de fondo de una Guerra Mundial. A diferencia de la hermana de la protagonista, que era tratada fríamente y maltratada en su casa, como "Diana Claire", yo fui secuestrada en lugar de la protagonista para salir de ese infierno. "No me dejes, Princesa. ¿De acuerdo? No puedes morir". El Duque que me secuestró era un hermoso loco, un loco educado. Me visitaba de vez en cuando y me miraba fijamente como si yo fuera una importante pieza de arte que había guardado cuidadosamente. Sus ojos eran ascéticos pero extrañamente decadentes, sensuales pero llenos de sabor. No sabía por qué este hombre, que parecía loco, me hacía esto. Lo que había dentro del bonito papel de envoltorio de modales caballerosos, de apariencia elegante y agraciada, era una especie de locura. La locura del hombre desprendía una atmósfera tranquila, espeluznante y extraña, como una obra de arte con un significado retorcido. "Quiero matar a todos menos a ti, mi Diana". Intentó controlar y domar a este hombre, poseído por un demonio cruel. Originalmente, la palabra que siempre escuchó en la vida fue "loco".