princesa wei yang

La vida es impredecible. Su esposo amaba a su hermanastra, le quito el puesto como emperatriz e incluso dejó a su hijo a morir. En ese palacio frío, se vio obligada a beber vino envenenado. Entonces, en la próxima vida, ¡hizo la promesa de nunca hacer buenas acciones y ayudar a otros, nunca entrar al palacio y nunca convertirse en la Emperatriz! En la finca de su padre el primer ministro, la hija de la concubina renace como una demonio. -¿Una madrastra malvada? ¡Me aseguraré de que vayas al infierno! -¿Una hermanastra mayor hipócrita de dos caras? ¡Destrozaré esa hermosa fachada! -¿Una intrigante hermanastra más joven? ¡Te arrojaré a la tumba! -Y ahora el hombre que una vez juró abandonarla se convirtió en alguien que no puede vivir sin ella. Ustedes no me dejaron vivir en paz, ¡así que también deberían esperar lo mismo!